El porvenir de Cosoleacaque

Samuel Pérez García

Después de apabullar a la oposición panista, reducir a escombros al perredismo y a los otros partidos, el PRI se prepara para el asalto final al sillón presidencial.

Sin embargo, no a todos convence esta demostración de poder que ha dado el tricolor. A algunos le parece que es como la fuerza de flaqueza que saca el moribundo para pararse de la cama, andar unos pasos para luego despedirse finalmente de este mundo.

Otros están que trinan de puro gusto, porque eso les permite acariciar esperanzas de volver a ser los chingones de la película. Y es que haber ganado la mayoría simple en la Cámara de Diputados pone entre la espada y la pared a Felipe Calderón, quien desde ahora, tendrá que pedir permiso y entregar a cambio mucho con tal de que sus iniciativas pasen la lupa de los diputados.

Pero lo que a nivel nacional puede ser regocijo, en Cosoleacaque es fatalidad. Lo es porque aquí no gobierna el PRI, sino una familia que se volvió a enquistar en el poder, gracias a los errores y administración mal habida de los tres gobiernos perredistas (DARIO ABURTO PERDOMO Y ROMAN GARCIA MARTINEZ).

Soñaron con ser los salvadores de Cosoleacaque, pero lo único que fueron son naufragadores. Sin embargo, demostraron lo que se ha hecho ley en la historia política: si quieres fregar a un pobre dale el poder para que se engolosine y pierda el piso. Dale el poder a una familia y creerá que todo lo habido y por haber les pertenece solo a ellos. Y en este sentido, tanto el PRD como la Familia Merlín cojean del mismo pie. Aquellos creen que son los salvadores del país, y éstos los únicos beneficiarios del presupuesto público. Hoy la familia Merlín está en el poder, y muchos de los perredistas son su bastión de apoyo.

Lo acaba de denunciar Alejandro Encinas, en Veracruz los dirigentes del PRD entran y salen de la oficina del gobernador. Suponen ellos que negociando el silencio se gana más, que siendo digna oposición. Creencias de más, creencias de menos. Cada quien mira lo que desea mirar cuando de política se trata. Pero aquí en Cosoleacaque eso es lo que pasa con los supuestos opositores.
Pero volviendo a la victoria del PRI, en Cosoleacaque esta genera varias lecciones de las cuales se debe aprender.

Veamos:
1.- Haber votado por el PRI es haber favorecido a la familia Merlín. Esta victoria doña Gladys ya la está aprovechando al lanzar una campaña mediática, a través de notas de prensa y cometarios de gacetilleros a sueldo, con el fin de que la figura del bebesaurio, hoy diputado suplente, Emigdio Enríquez Merlín, resalte, sea conocido y pueda estar apto para competir en la próxima contienda municipal.

Haber obtenido el triunfo le da más poder a la familia Merlín para creerse vencedora y negociar en los altos niveles de la política la candidatura tanto para diputado local como para presidente municipal. Dos son sus gallos más sobresalientes, aunque puedan salir después otros escondidos. Por lo pronto, y en primerísimo lugar, Emigdio Merlín ( ojo: al bebesaurio no le gusta el apellido Enríquez, prefiere que lo llamen Merlín: cuestión de atención psicológica y primera pérdida de piso); en segundo lugar, Héctor Merlín Castro, el hermano que ha aprendido que el mejor medio de enriquecimiento no es la medicina, sino la política cuando se llega a ocupar altos cargos.

Entre ambos está el premio municipal. Si no es Héctor, será el bebesaurio, quien ya se siente como suplente electo, hombre capaz de dictarle la agenda de trabajo a Benítez Lucho.

¿Podrá hacerlo? Depende. De pendejo quedará Benítez Lucho si se deja mangonear por su suplente, que no es él, sino la mano que se esconde de los mirones: Heliodoro Merlín Alor, a quien Lucho deberá obedecer sino se quita a tiempo ese fardo molesto que él mismo se dejó imponer en aras de los amarres previos a la campaña política.

2.- Ante ese crecimiento de la familia, quien no querrá dejar el poder municipal, lo que queda es organizar el descontento contra el cacicazgo y formar con todos los ciudadanos bien pensantes y democráticos un Frente Amplio de Oposición al cacicazgo para detener el avance de esa familia en las elecciones venideras en el 2010, que no están sino a la vuelta de la esquina.

Un frente amplio, que como su nombre lo indica, se integre con ciudadanos de diversas ideologías, pues no es posible en las condiciones actuales la conquista del poder político con un solo pensamiento ni con un solo bastión de gente. Ningún partido tiene la posibilidad, en caso de ir solo, ni para enfrentar ni para ganarle a la familia que hoy vive del presupuesto público.

Incluso en el propio PRI. Los militantes priistas deben saber desde ahora que mientras la familia Merlín controle la vida política en ese instituto político nadie más podrá ejercer el poder municipal si no hace lo que esa familia le demande. Eso significa que para aspirar a algún cargo o bien se convierte previamente en sirviente o bien en un pelele a la orden de los Merlín cuando el cargo se obtenga, pero también obligado mocharse, como dice la voz popular que actualmente siguen haciendo los regidores que entraron por el PRI.

De cómo esta familia ha forjado su poder, está escrito en la historia política de Cosolecaque. Desde amenazas, agresiones físicas y asesinatos es la estela que la memoria registra en Cosoleacaque cuando la familia Merlín ha intervenido en la política, desde aquellos lejanos años cincuenta, pasando por los sesenta y los setenta.

En 1976 hubo dos muertos y muchos heridos en la trifulca de toma del poder. O eran ellos o se imponía una administración municipal. Todavía en 1985 Heliodoro Merlín se impuso a sangre y fuego como presidente municipal.

En 1994 a balazos se quiso voltear los resultados que le daban la victoria a Darío Aburto Perdomo. En el 2006 una turba de malencarados anduvo en camionetas sin placas intimidando a los votantes.

Como resultado de esa intimidación un auto particular y una camioneta de la Secretaría de Salud quedaron incendiados como producto de la elección, hubo también un golpeado. El dos de julio del 2008 drogadictos encabezados por los Merlín agredieron a campesinos de Coacotla.

A eso se le llama violencia y son los modos comunes de trabajar de esta familia. Si no te compran te golpean, si no te golpean te matan. Pero su afán es permanecer en el poder. No han descubierto otro modo de sobrevivencia más que el presupuesto público. Por eso en las elecciones que fueren usan todos los medios a su alcance. Y no se tientan el corazón. Para ellos la máxima es: ganar no importa cómo.

Por eso para enfrentarlos en la próxima elección tiene que haber una organización popular, un frente amplio como instrumento de lucha, donde converjan todos los ciudadanos que quieran a Cosoleacaque, y por lo mismo aspiren a vivir en un municipio democrático. Pero para eso hay que despojarse de la ideología particular. Consensuar otra colectiva, que mire hacia adelante y no hacia atrás.

El voto de los ciudadanos libres debe tender hacia el futuro, no hacia el pasado. Votar por cualquier otro apellido, menos por aquel que diga Enríquez Merlín, Merlín Castro o Merlín Alor. Si no lo hacemos, entonces no queremos a Cosoleacaque, no amamos nuestro municipio. Y si no lo queremos tampoco queremos a nuestros hijos.

Pues si los hombres de hoy no luchamos por el cambio, no estamos abriendo un mejor destino para los niños y los jóvenes, que son nuestro mañana. El porvenir de Cosoleacaque dependerá de la decisión que los ciudadanos tomen. O bien se suman a un frente amplio para contener el avance del cacicazgo, o bien optan por permitir que el cacicazgo haga y deshaga. Espero que en Cosoleacaque haya menos de estos apáticos y más de los que luchan por un porvenir mejor. Que así sea.

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